Jean Claude Bessudo: «Turismo no se reactivará al 100 % sino hasta 2022»
«En nuestras peores pesadillas jamás hubiéramos pensado que esto podía ocurrir», dice Jean Claude Bessudo al otro lado de la línea. No es para menos. El sector al que le dedicó su vida está paralizado por cuenta de la pandemia. Con fronteras cerradas, una medida de aislamiento preventivo obligatorio por cumplir y sin transporte aéreo el resultado obvio es la ausencia de turistas y la parálisis de los viajes.
«Veíamos el tema a 3 meses, máximo. Pensamos: 3 meses, la empresa aguanta; seguimos juntos, confinados en nuestras casas y todo el mundo con sus salarios. Pero a medida que pasa el tiempo, uno entiende que las fechas son muy variables. Nos dicen que no hay fecha definida para transporte aéreo nacional ni internacional. Eso varía totalmente la óptica del problema», dice Bessudo.
Cuando empezó la cuarentena, Bessudo se mostró a favor de mantener los salarios de los empleados. Y así lo hizo. Sin embargo, la incertidumbre constante respecto a la reactivación del turismo dificulta que el empresario y presidente del Grupo Aviatur pueda establecer una estrategia sólida para combatir la crisis. Esta situación lo llevó a tomar decisiones radicales, según cuenta desde el hotel Las Islas en Barú, donde pasa el aislamiento.
«El grupo Aviatur se divide en dos tipos de empresas -explica Bessudo-. Están las que aparentemente no tienen mayores problemas y que tienen actividades diversas en el país: el grupo logístico, carga, aduanas, etcétera. Las empresas relacionadas con seguros, donde tenemos una importante participación accionaria. Tampoco tienen problema las empresas como Avia Marketing, que se ocupa de productos de mercadeo para bancos y entidades financieras».
Pero las empresas de viajes y hoteles, que representan el 90 por ciento del grupo, están completamente paralizadas. «Nos tocó en ese sector empezar a suspender contratos de trabajo, muy a nuestro pesar. Tuvimos que cerrar muchas oficinas en la calle y convertir nuestros salones de reuniones en Bogotá, Medellín, Cali, en las principales ciudades, en centrales de reserva (o call centers)», explica.
Como una estrategia para dar fluidez a sus empleados y direccionarlos hacia trabajos temporales, el grupo empresarial pidió ante el Ministerio de Trabajo la solicitud de licencia para la creación de Avia EST SAS, empresa de servicios temporales.
«Los servicios temporales deben ser prestados a través de empresas especializadas. Hemos hablado con algunos clientes de bancos y están interesados, para sus departamentos de recursos humanos», explica Bessudo. De esta manera, el personal que así lo acepte (como secretarias bilingües empleados de contabilidad, etcétera) podría pasar a otras empresas, en sustitución de sus contratos de trabajo.
Nos tocó suspender contratos de trabajo, muy a nuestro pesar. Tuvimos que cerrar oficinas en la calle y convertir nuestros salones de reuniones de las principales ciudades en centrales de reserva
Pronósticos, a la baja
Los pronósticos de Bessudo sobre el sector no son optimistas: «Para este año, llegaremos a un 20 por ciento de lo que fue nuestra actividad en diciembre del 2019. Tal vez, en diciembre del 2021 llegaremos al 50 por ciento, para alcanzar en el 2022 la normalidad».
El empresario asegura que «el turismo no volverá a arrancar en forma mientras el mundo no esté vacunado, mientras no tenga curas ciertas, tratamientos ciertos y desaparezca esa pandemia. Cuando desaparezca, le doy un año para retornar a la normalidad para volver a inspirar confianza en las corrientes turísticas».
Esta crisis cambiará el panorama y va a modificar el mundo de los viajes. Con respecto a los viajes de negocios, Bessudo piensa que las empresas perfeccionarán los métodos de videoconferencia y así, disminuirán los viajes corporativos. Y en cuanto a los viajes personales y de placer, «la gente del exterior hacia Colombia va a buscar el turismo de naturaleza, donde aprovechemos toda la biodiversidad del territorio colombiano».
La coyuntura también pone a prueba una visión de mundo. La reflexión de Bessudo apunta a mantener a flote la integridad tanto personal como empresarial para mantenerse a flote.
«Está uno dispuesto a verse derrumbar el esfuerzo de una vida y seguir siendo uno mismo. Lo más importante es mantener los valores en la empresa, toda la parte ética, ponerse en los zapatos del otro, pagar todos los proveedores que podamos pagar. Al final, es actuar con los demás como nos gustaría que actuaran con nosotros», concluye.
Fuente: Diario El Tiempo (Natalia Noguera)